-¡Tania!.-Exclamó abrazandome por el cuello.
En ese momento me quede helada... Esto si que era de lo más extraño...
-¿Cómo estas?.-Me dijo, aquello me sorprendió, mis oidos escuchaban inglés pero lo entendía perfectamente.
-B-bien.-Dije, el se levantó y se sacudió el pantalon para después secarse sus lagrimas con el antebrazo.
Me levanté vaya que me sentía diferente, antes él era más alto que yo y ahora era al revés.
Lo examiné, traía unos pantalones caquis, y una camisa a rayas horizontales, además de que traía su cabello corto y unos zapatitos negros.
-¿Qué es todo esto?.-Le dije mirando hacia los lados.
-Mi casa, ya la conoces.-Dijo señalandola.
-Pero...¿Qué rayos estoy haciendo en 1965? Tu ahorita tienes...mm....7 AÑOS!
-Lose, nose que pasó, de repente desperté esta mañana y estaba así.-Dijo señalandose.
-¡QUE DIVERTIDO ES VOLVER A SER NIÑO!.-Exclamó corriendo en círculos.
De pronto se detuvo...
-Pero lo más extraño...es eso.-Dijo con un dedo señalandome.
-¿Qué?.-Dije, no me contestó giré mi cabeza hacia atrás y...¡PLAF!
Me desmayé...
-¡Tania!.-Lo escuché.
NO PUEDE SER, ERA IMPOSIBLE, TOTALMENTE IIIMMPPOOSSIIBBLLEE!!!!!!!!
ESTOY....MUERTA?!?!?!?!
Me comenzé a ahogar en cuanto sentí que Michael me habia echado un balde con agua en la cara.
-Tranquilizate, quieres...-Dijo un poco más calmado.
-Yo tampoco se porque estoy vivo.-Respondió.
-Y yo no se...Cof Cof, porque estoy, cof...muerta.-Dije señalando el par de alas que tenía en mi espalda.
-No creo que estes muerta.-Dijo el.
-¿Como que no? Miramé, nadie me ve, tengo dos alas, y tu estas vivo, practicamente cambiamos papeles, ahora yo soy el angel y tu eres el vivo.
-Hay que tomarlo con calma.-Dijo.
Después de un rato nos sentamos en el césped.
-¿Qué estabas haciendo en ese árbol?.-Le dije señalando el mencionado.
-Pues...-Se sonrojó- Esque, estaba asustado, me desperté y pues, tu sabes, con todo lo que pasó, ya no estabas conmigo y me asusté.
También me sonroje.
-A-ah...B-bueno, lo que importa es que ya estamos juntos de nuevo... Por cierto, te ves super tierno.-Dije pellizcando sus mejillas con suavidad, haciendo que se riera.
-Aunque no entiendo que fue lo que pasó.-Expliqué mirando al cielo, y un rayo de luz me caló los ojos, miré en mi pecho y me percaté de que aún traía la llave plateada que Elizabeth me había dado.
-MIra.-Le dije mostrandosela. La miró con detenimiento.
-Tania...¿Qué vamos a hacer?.-Dijo mirandome con aquellos ojos tan lindos.
-P-pues, no lose, estamos en Indiana, ya no estamos en Santa Bárbara. ¡Cielos! Y lo muchó que nos costo llegar hasta ahí, bueno, practicamente tu rancho, aun no existe, nisiquiera yo existo...faltan...(contando con los dedos) 29 AÑOS PARA NAZCA!! Nací cuando tu tenías 36...
-Si, falta mucho.-Dijo suspirando...
-Sabes, es extraño, practicamente ya se todo lo que va a pasar, mi vida, mi carrera, todo.-Dijo...
-¿Por qué crees que haya pasado esto, Tania?
Miré al cielo.
-Ni idea, tal vez sea...Algo de Dios, nose, como una ilusion.
-Pero esto no es una ilusion.-Dijo señalando al barrio.
-Si, te entiendo.-En eso escuchamos una especie de claxón chillón.
-¿Qué es eso?.-Pregunté, nos dimos cuenta de que todos los niños de la calle comenzaban a reunirse.
Un señor bonachon venía con una especie de carretilla.
-¡HELADOS!.-Los niños comenzaron a correr.
Michael se sorprendió de escuchar eso.
-¡Wow, helados! ¡Ve Michael!.-Le dije dandole un empujoncito.
-Pero...-Ya no podía decir nada, el señor lo veía con una sonrisa esperando su orden.
-U-uno de chocolate...ppor favor.-Dijo extendiendo el billete de su mano.- El señor más rápido que nada tenia un helado de dos bolas frente al rostro del pequeño el cual lo tomó.
Se alejó y regresó a mi lado en la banqueta. Miraba el helado como quien encuentra una moneda.
-¿Qué sucede?.-Pregunté, lentamente lamió su helado y sonrió. En ese momento se hizo presente una fresca brisa que alboroto mis cabellos. Y un sollozo me hizo girar a verlo llorar.
No tenía que preguntarle nada, sabía como se sentía, que te hayas acostumbrado a no volver a comer jamás y de repente, de nuevo estas vivo y...
-Anda, comelo, se te va a derretir.-Le dije sonriente, se secó sus lágrimas.
Lo miré felizmente en un silencio cómodo, podía sentirlo erradiar una emoción muy grande, después de tanto tiempo..volvía probar algo de su agrado... Yo sabía perfectamente que no podía comer y no me molestó, tan solo quería asegurarme de que nadie le echará a perder aquel momento al pequeño.
-Esta...delicioso.-Susurró mirandome. Suspiré y rozé su rostro quitando rastro de una lágrima.
En eso alguien me tomó del hombro, me giré para encontrarme con Yammael, Michael y yo estabamos desconcertados con su presencia no era normal que se presentará de era manera.
-Tania.-Me llamó.
-Tengo que informarte de algo.-Me levanté rapidamante.
-Es, ¿Sobre todo esto? Cuentame ¿Por qué estamos ASÍ? ¿Qué hacemos en 1965?...-En eso pusó sus dedos sobre mis labios.
-No, no es de eso.- Me quede quieta esperando que me dijera la verdadera razón de su venida.
-Tenemos que irnos.-Dijo... traté de captar correctamente aquellas palabras, tomé a Michael de la mano.
-Bien, entonces vamonos.-Respondí sonriente, Yammael soltó una bocanada de aire.
-El...no puede venir.
awwwww....xqueee?, xq no puede ir michael ;v;?
ResponderEliminarpor cierto, interesante giro a la historia : D!!! aunq muy intrigante o_o....
Estoy confundida.. que rayos haces en ese año.. jaja, esta historia cada vez es más EMOCIONANTE e INTRIGANTE!! Muy buena... siguela pronto:D
ResponderEliminarqueeeeee, el no puede venir, todavía estoy sorprendida con el giro de tu fic, ok sube pronto esto se pone cada mas misterioso
ResponderEliminarBESOS
que? porque no puede venir? quee? XD
ResponderEliminarme encanta..!!! a dando un gran cambio tu historia..!
Como continuara? aiiss..quiero saberlo!
Besos!