martes, 30 de marzo de 2010

Capitulo 5

-¡Neverland! ¡Santa Bárbara! ¡ESTADOS UNIDOS!.- Exclamé histerica, agradeciendo que me encontrara sola en mi casa.


-Tranquilizate, por favor. Ya encontraremos un modo de llegar ahi.


-P-pero yo nunca he ido a otro lugar que no sea Tampico y Querétaro, ni siquiera tengo pasaporte,se un poco de inglés pero me cuesta trabajo entablar una conversación.


Pasé un momento pensano que haríamos. ¿Que rayos se suponía que debía hacer? ¿Qué le iba a decir a mi madre? Que de repente veo al angel Michael y me dice que vaya a Neverland a desenterrar algo...me va colgar.


Tal vez Michael tenga algo de dinero en su bolsillo, ¡P-pero que digo! Si venía a hacer esta tarea hubiese sido favorable que Dios lo mandara con unos cuantos billetes encima, y sobre todo una buena idea para explicar todo. ¿Por qué yo? Buena pregunta...




-Oye una pregunta ¿Por qué me escogiste a mi para ayudarte en esto?.- Le dije tratando de parecer calmadada.




Se sonrojo al instante.


-E-esque...fue porque.


-¿Por qué?.- Le dije curiosa.


-Nose, tan solo algo me atrajo y me dijo que tu serias la indicada.


-A-ah.-Susurré igual de sonrojada que el, mientras ambos guardabamos silencio.


Siempre pensé que Michael nunca se daría cuenta de que yo existía, y muchas otras personas pensaban lo mismo pero me doy cuenta de que no, el sabe que hay personas en el mundo que lo aman y lo respetan por lo que es: un ser humano.


-Bueno, entonces hay que ver esta situación desde otra forma.-Le dije


-¿A qué te refieres?


-Tengo que quitarme de la cabeza "la vista adulta"


-¿La vista adulta? ¿Qué es eso?


-Bueno, así lo llamé yo, en un libro (que por cierto es mi favorito) que se llama "El principito" relata la historia de un hombre que cae en un desierto y en él se encuentra con su "niño interno" y este le muestra como ver la vida a la forma de un niño.


-¿Cómo es esa forma? ¿Hay un ejemplo que me puedas explicar?.-Dijo curioso.


-Hay muchos -exclamé alzando los brazos- por ejemplo, si tu le dijeras a un adulto que acabas de ver una casa muy bonita de ladrillos rojo, ventanas grandes, y un bello jardín, jamás se la llegarán a imaginar, en cambio si tu les dices: acabo de ver una casa que cuesta miles de millones, en ese caso ellos exclamarán: ¡Qué bella es!


Michael parecía impresionado.


-¿Y como puedes aplicar esa vista de niño en esta situación?


Le sonreí inocentemente.


-¡Es muy fácil!.-Exclamé.


Iba a comenzar a explicarle todo cuando escuché que tocaban la puerta.


-A-ah, un momento.-Dije mirando a Michael.


-Recuerda que ellos no me pueden ver.- Asentí con la cabeza mientras abría la puerta.


-Vaya por fin te despiertas.-Dijo mi abuela entrando a paso lento.


Reí nerviosamente, mirando la esquina donde el angel permanecia recargado en la pared.


-Eh, creo que me tengo que ir a bañar.-Dije tomando el primer pantalon que vi y la una blusa cualquiera.


Iba a salir de la habitación cuando...


-Oye hija.-Pronunció mi abuela, me regresé y le sonreí.


-Mande


-¿Cuándo se van ustedes a Querétaro?.-Aquella pregunta me desconcerto, guardé silencio por un momento, para luego recordar que ya se acercaba la fecha en que mi familia y yo viajaramos a Querétaro a pasar la navidad.


-Pues, la verdad, nose, mi mamá no me ha comentado nada.- Respondí.


Mi abuela se encongió de hombros y yo salí de la habitación, dentro de la regadera...


-¿Siempre vas a esa ciudad?


Me asusté tanto que por poco y me caigo, gracias al cielo no fue asi. Me asomé por la cortina de hule, Michael permanecía frente mio pero con la vista en la pared. Suspiré aliviada. Regresé al chorro de agua.


-Si, todas las navidades, ahi esta la mayor parte de mi familia.


-¿Son muchos?


-Bastantes, mi abuela tuvo...9 hijos, 7 mujeres y 2 hombres, los nietos en total somos...-Con los dedos comenzé a contarlos, incluyendome.


-En total somos 12, y una bisnieta de apenas un año.-Le respondí.


-¡Que lindo! Nunca te debes de sentir sola.


-Si, lo tengo todo en esta vida, salud, familia, amor, hogar, comida, así que ¿Qué mas puedo pedir?.- Exclamé estirando la mano vacilante para tomar la toalla.


-Aqui tienes.-Dijo Michael estirandome la toalla que buscaba tapandose los ojos con las manos.


-Gracias.


-¿En algún momento me mostrarías como es tu vida?


-¿Mi vida?


-Si, yo...nunca salí de lo que yo conocía, ya que de cierta forma no lo tenía permitido, tu sabes todos los medios acosandote y eso no dejaba relacionarme con la gente más comodamente.


-Si entiendo, claro, mi mundo puede parecer pequeño y simple pero...


-Asi es como me gusta.-Dijo el.


En mi corazón pude sentir la nostalgia de Michael, un sentimiento muy cálido. Es como si el me estuviera diciendo lo que siempre deseó, y no pude evitar sentirme un poco triste, siempre deseó aquella vida anhelada, la cual, le fue arrebatada.

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