miércoles, 31 de marzo de 2010

Capitulo 6


Y así, pasó lentamente una semana, rapidamente pude adaptarme a estar con Michael, siempre estabamos jugando o gastandonos bromas, de veras que esos días jamás los iba a olvidar, mi deseó de poder conocer a Michael y estar con el, al final se cumplió. Podía ser yo misma estando en su presencia, nos pasabamos tardes enteras en el patio delantero de mi casa admirando las nubes, siempre encontrabamos en ellas figuras retorcidas.



-¡Mira un gato!.-Dijo señalando al cielo, seguí con la mirada su dedo.



-A mi me parece un hipopotamo.-Respondí haciendo gestos mientras veía la nube blanca que se movía hacia el horizonte.



Era muy divertido estar con el, a veces se me ocurría preguntarle como era todo "allá arriba" y el con una sonrisa me decía:



-Es muy hermoso, pero necesitas esperar tu turno.



Al parecer teniamos una diferencia muy grande el ya no era de este mundo, mientras yo apenas comenzaba a crecer. Aún así conservaba muchas características humanas, no comía pero si podía dormir, muchas noches durmió en el sofá de la sala, jamás le molesto, y todas las mañanas me despertaba echandose de clavado a la cama.



Cada día era como una aventura y lección nueva.



-Tengo hambre.- Dije tocandome el estomago que rigía (literalmente) de hambre, mientras el se comenzaba a reir.



-No te rias ¬//¬



Fui a la cocina a prepararme un rico atún, cuando no hay que comer o no me pueden hacer de comer, me hago un atún de lata.

Cuando me senté a la mesa sonó el teléfono.

-Rayos.-Murmuré.

-No digas malas palabras.- Dijo Michael

-Esta bien, perdón.-Le respondí levantando el objeto.

-Bueno...Ah! Hola Brenda...si, estoy bien...no nada...ajá mañana en la noche viajamos a Querétaro....ok, ya veo...¿Mañana?....a que horas?...aah, esta bien, le diré a mi mamá...si, ajá, Bye!

Me giré recargandome en la pared, con la vista perdida.

-¿Qué sucede?

-Mañana al parecer tengo planes con mis amigas.-Le dije sonriente.

Por alguna razón a el se le iluminó el rostro, no dije nada, y la noche transcurrió tranquilamente, o al menos eso parecía...

-¡Llevensela!.-Escuché una voz masculina, mientras dos hombres vestidos de polícias me tomaban de los brazos, haciendome retroceder.

-¡No! ¡Esperen! ¡Tienen que creerme!.- Gritaba tratando de avanzar inutilmente hacia las personas que tenía frente mio. Miré a los lados, buscando al angel, cuando lo encontré, lo vi parado a unos metros, con el rostro inexpresivo.

-¡Michael!.-Grité pero el no me hizo caso.

-¡Esperen! ¡Tienen que creerme! ¡Esta en el jardín! ¡EL JARDIN! ¡EL JARDIIIN!!!

OoOoOoOoOoOo

-¡Tania! ¡Tania! ¡Despierta! ¡Estas teniendo una pesadilla!

Bruscamente abrí los ojos, mientras mi respiración estaba agitada, ahi estaba el angel, a lado de mi cama con rostro preocupado. Miré hacia un lado, mi abuela dormía.

-¿Qué sucedió?.-Susurré con voz pastosa a causa del sueño.

-Tenias una pesadilla y no dejabas de decir ¡El jardin!

Me toqué la frente sintiendo el sudor frío, traté de pensar que estaba soñando pero era como si alguien me lo hubiese borrado.

-Bueno, no importa.-Susurré.

-Será mejor que vuelva a dormir.-Me dijo.

-Esta bien.-Le dije recostandome de nuevo, mientras el me acobijaba.

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