miércoles, 31 de marzo de 2010

Capitulo 9



Ya habían pasado dos días desde nuestra llegada a Querétaro, el angel siempre me preguntaba sobre cada cosa que veía, le era fascinante ver como una mariposa revoloteaba sobre una flor, y además siempre preguntaba sobre mi familia...


-¿Quién es el?.-Dijo señalando a uno de mis primos.


-Es Emmanuel, hijo de mi tío Manuel y mi tía politica Adriana.-Era un chico de 21 años alto, delgado, de cabello castaño y ojos penetrantes, era muy atractivo por lo que decian las chicas que lo veían.


-El es hermano mayor de Aimeé.-Dije mientras volteaba ver a la mencionada, una chica un poco más alta que yo, delgada, de cabello ondulado castaño, usaba lentes y tenía 16 años.


-A ver, muestrame a tu familia.-Dijo el sonriente, le correspondí y comenzamos.


-Bueno empezaré por mis tíos.-Le respondí, estabamos en una reunión familiar en el patio de mi tía Martha mientras preparaban una rica carne asada, estando toda la familia reunida.


-Mira, la dueña de esta casa es la primogenita de la familia, Martha, ella se casó con Antonio Cortina - un señor muy alto, ya calvo y de barba mayormente blanca - y tuvieron a mis primos Juan y Antonio, Juan es aquel regordete de cabello negro y lentes, y Antonio es aquel grandote fortachon de cabello castaño, ambos ya tienen 40 y tantos años, Juan ya se casó y tiene una niña Valeria, la bebé, ella ya es de la tercera generación y....


Y así me pasé lo que para mi fueron horas hablandole de cada miembro de mi familia, cada anécdota que recordaba y cada momento que tuve con ellos. El se mantenia en silencio interesado a cada palabra que salía de mis labios.


-..y por último estoy yo...soy la última que nació.


-Osea que eres la más pequeña y Valeria es de la tercera generación.


-Exacto.-Exclamé.


Me levanté ya cansada de tanto tiempo estar sentada, me estiré alzando los brazos lo más alto que podía. Me iba a encaminar hacia la carne que habia en la mesa cuando escuché un grito...


-¡NENA!


Y por supuesto que lo reconocía, la pequeña de la que tanto le hablé a Michael estaba justo bajando del auto, en brazos de su madre, Sandra. Me saludó con su manita y le correspondí con una sonrisa. Sandra la puso en el suelo e instantaneamente corrió hacia mi.


-¡Hola Valeria! ¡Que bonita niña!.-Exclamé abrazandola, estampandole un beso en la mejilla mientras ella se reía.


El angel se acercó.


-¿Es ella?.-Preguntó. Tan solo asentí con la cabeza.


-Es una niña divina.-Dijo sonriente poniendo en cunclillas cerca de nosotras.


-Nena.-Dijo la bebé agarrandome de la mano para que la siguiera.


-¿A donde vamos?.-Dije, pero tan solo se giró y se colocó el dedo índice sobre la boca en indicación de silencio, me dio risa al igual que al angel y la seguimos.


Mi tía poseía un pino alto, alto, habia un pequeño caminito de piedras blancas y escondidas entre los arbustos, la pequeña me dijo.


-¡Hay e juga a yas econdidas!.-Trató de pronunciar.


-Muy bien - respondí - ¿Quien va a contar?.-Le pregunté era obvio que tendría que ser yo, después de todo Valeria no sabía aún contar.


-¡Tu amigo!.-Exclamó.


-¿Eh?.-Dije desconcertada, valeria que me miraba a los ojos dirigió su mirada hacia un lado, viendo a otra cosa fijamente, de repente sentí un nerviosismo correrme desde los pies hasta la cabeza. Me giré lentamente y detrás mio...esta el angel.


Me quede sin habla, después de un rato, pude articular una palabra


-¿P-puedes verlo?


Valeria tan solo se río, tocó a Michael en la pierna y dijo.


-¡Tu cuentas!.-Dijo ella echando a correr.


Me habia convertido en una estua de hielo en ese momento


-E-ella te puede ver.-Tartamudeé.


-Es normal.


-¿Lo es?.-Dije asombrada.


-Es una niña, ¿Nunca viste esa pelicula "Pequeños genios" creo?


Asentí rapidamente con la cabeza, tan solo me miró con una sonrisa de lado. Aparte la vista viendo hacia el cielo.


-Ella...aún no cruza "la linea".-Respondí.


-No.-Contestó dulcemente casi como un ronroneo.


Suspiré ya calmada. Lo miré y le sonreí.

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