sábado, 10 de abril de 2010

Capitulo 20



.:MICHAEL POV:.

La vi en el suelo, instantaneamente me acerqué a ella alarmado, de repente estaba riendo y al segundo se encontraba tirada en el suelo palida, en su tobilla vi algo que se movía de colores brillantes, levanté el pantalón para ver una coralillo con los colmillos encajados en ella y enroscada.

Obviamente no la podía matar no me era permitido y no lo iba a hacer, como sabía que no me iba a dañar, la comenzé a desenrollar pero al tratar de desenterrar los colmillos Tania comenzó a gritar a todo pulmón, di un respingo, con cuidado quite al animal arrojandolo lejos, me giré a ella, estaba muy caliente y un sudor frio le cubria la frente además de que sus labios comenzaron a ponerse morados y su piel más blanca que un fantasma asustado le tomé de la mano.

-Tania, resiste.

De repente pareció comenzar a temblar, en sus ojos vi el miedo y el sufrimiento que estaba pasando, le quité sus pulseras zapatos todo lo que le pudiese apretar, en eso recordé los primeros auxilios que vi en televisión sobre ataques de serpiente, en la parte de la mordida, parecía un moreton el veneno la estaba matando, sin más preambulos succione todo lo que tuviese gritó de nuevo de dolor, escupí para limpiarle y comenzé de nuevo a succionar.

-¡Me arde!.- Vi correr sus lágrimas, comenzó a temblar de frío...

-Tranquila, no cierres los ojos, por lo que más quieras no cierres los ojos.-No sabía que hacer estabamos en medio de quien sabe donde y sin saber a quien pedir ayuda, me pusé a su lado quitandole unos mechones de la cara.

-M-miedo.-Susurró entrecortadamente escuché como chocaba sus dientes a causa de los escalofrios que estaba experimentando.

-Sssh, no hables, trata de soportar, ahora vengo...-Dije levantandome pero me tomó del brazo.

-N-no.-Gimió mientras comenzaba a toser.

-¡Espera, tengo que...!

-¡NO!.-Gritó ahora descontrolada me quedé a su lado y me di cuenta que dejarla sola era lo peor que podía hacer eso y no poder hacer nada... Me sentí inútil y a la vez enojado, ella no merecía esto, apreté los ojos, mientras corrían lágrimas.

Ella comenzó a gritar.

-Aaaah!!

Arqueó su espalda como si le estuvieran dando choques... Traté de mantenerla quieta.

-Y-ya...Y...¡¡¡YAMMAEL!!.-Gritó a todo pulmón unas cuantas aves volaron a causa de aquel gritó de horror y dolor. En eso dejo caer el cuerpo y no se movío.

-¿Tania?.-Dije asustado. No me veía a mi, suspiró un par de veces.

-¿Q-que...es...e-eso?.-Trató de decir viendo hacia arriba, le seguí la mirada no había nada, de pronto cuando sostenía su mano, está cayó pesadamente en la fría tierra.

-¡NO! ¡NO CIERRES LOS OJOS! ¡TANIA, DESPIERTA!.-Lentamente ignorando mis aullidos de dolor fue cerrando sus ojos. Pusé una mano en su mejilla obligandome a ver.

-No.-Susurré entrecortadamente.

-P-p...erd..on

Dejó caer la cabeza al fin...

La tomé de los hombros sacudiendola.

-¡TANIA! ¡DESPIERTA!....¡PROMETISTE QUE ME ACOMPAÑARÍAS! ¡IBAMOS A LLEGAR JUNTOS A NEVERLAND!...T-tania...

De pronto observé como de sus labios entreabiertos vi salir unas luces blancas como copos de nieve pero en lugar de caer iban subiendo, yo sabía perfectamente que era aquello a pesar de tan solo a verlo visto en una ocasión, en la mía, en mi muerte...vi subir su alma al cielo, inmovil me quedé en ese momento...

¿Por qué tenía que acabar así? Aún le faltaba mucho por vivir y muy poco para llegar a nuestro destino, agaché la cabeza humillado, mi misión pasaba de lado en ese momento, una vida nunca se debe de cuestionar, ¿Fue mi culpa? ¿Qué hice mal? ¿Estoy solo? mejor dicho ¿Estamos solos?

-¿Michael?.-La miré, pero me di cuenta de que no era ella la que me llamaba, sentí una mano en mi hombro, alzé la vista. Abrí los ojos pasmados, un joven más alto que yo de cabello largo rubio y ojos verdes, llevaba una especie de túnica blanca sujeta por la cintura de la misma tela pero color azul marino, no sabía quien era pero no me iba a detener a preguntar, después de todo lo más impresionante de aquella presencia, es que llevaba un resplandor alrededor de su cabeza mejor dicho de todo su cuerpo como si una luz lo alumbrara desde atrás, y tenía un par de alas blancas, más grandes que las mías.

-¿Q-quien eres?.-Dije sujetando fuerte a la chica que tenía en brazos.

-¿No lo sabes?.-Dijo calmado y con una sonrisa...Recapacité tratando de pensar, de donde venía aquel sujeto, que quería y...

Observé de nuevo el alma de ella que subía lentamente. Lo miré teniendo la respuesta en mi boca.

-Tu eres...¿Yammael?.-Asintió con la cabeza, después de unos segundos, coloqué rapidamente a Tania en el suelo.

-Tienes que ayudarme, ella esta muy mal, nose que hacer, tienes que ayudarla yo...-Me tapó la boca suavemente con sus dedos.

-Tranquilo.-Susurró.

Caminó a un lado de ella, extendió su palma de la mano boca abajo y como si fuese un escaner pasó por encima de Tania su mano, pronunciando unas palabras incomprensibles para mí.

-¿Qué estas haciendo?

-Preparandola.-Respondió, pensé que se refería a que era hora de llevarsela pero...

-No, la preparo para que TU la ayudes.-Dijo terminando, se levantó.

-¿Q-qué quieres que haga?.-Dije un poco asustado.

Alzó su palma y se quedó callado, aún sin entender también alzé la mía y la juntamos, sentí una especie de choque eléctrico y como un pequeño relámpago pasó de su mano a la mía.

-Ahora, te toca a ti.-Dijo alejandose unos pasos, no dije nada tan solo me inqué a un lado de ella, pusé mis manos en su pecho, y pronuncie unas palabras, no tengo idea de que dije fue como algo automatico, sentí recorrer una especie de energía desde mis pies y cuando llegó a la yema de mis dedos empujé levemente sobre ella mientras mis manos parecían iluminarse...

En ese instante ella abrió sus ojos y tragó aire comenzando a toser.

-¡Lo logramos...!.-Me giré para ver a Yammael pero no había nadie, una especie de sonido de campanitas me distrajo y observé como las pequeñas esferas de luz entraban en el cuerpo de ella.

-Estas bien.-Susurré lleno de alegría, pero de repente, como algo invisible me golpeó el pecho y tan solo recuerdo que me retorcía en el piso.

-¡MICHAEL!.-La escuché exclamar, aquella sensación se fue desvaneciendo pero a la vez me dejo entumido, ella trató de levantarme y...

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